viernes, 14 de agosto de 2009
EL ÁNGEL DE MARTIN
Es dura la vida del cosechero, siempre de campo en campo en busca del fruto por cosechar.
Esta es la historia de Martin un cosechero más, solo con la diferencia que a este joven no solo su profesión lo trataba mal, sino que también la vida le había jugado una mala pasada, cundo tenia diez años sus padres lo abandonaron y de ese entonces su corazón jamás encontró alivio, ni perdón. Hoy ya hombre, solo tiene un amigo que lo acompaña siempre y lo ayuda a sobrellevar su dolor, EL ALCOHOL, es ese amigo que lo hace importante, que lo hace querido, aunque todos lo llamen EL BORRACHO.
Hace un año atrás, las cosas empezaron a cambiar, había regresado a trabajar a Colonia Blanca, el pueblo donde se crio, y allí entre las cosechera había conocido a María, una hermosa gringuita de 15 años, la cual cosechaba algodón con su hijo Mario de un año, al que llevaba en su espalda, la flecha de sus profundos ojos azules, atravesaron como a un papel el endurecido corazón de Martin, esa precoz mujercita, a la que le llevaba 10 años le hacía pensar que todavía había esperanza de formar una familia, una familia como la que el nunca tubo.
Así se juntaron y vivieron seis meses muy felices, Martin se había olvidado del alcohol aunque le costaba aceptar a Mario el hijo que tenia María de otra relación.
Así como lo bueno para el pobre dura poco, un día llegaron las discusiones por celos, es peligroso tener una mujer linda y mucho mas joven, y así Martín esa noche renegando de la vida que le tocaba vivir, pensaba, -¡no tengo siquiera un rancho para llevar a mi familia¡-dijo y busco refugio en un boliche, ya en el mucho le costaba estar colgado del mostrador sin pedir nada, la ansiedad lo atormentaba hasta que llorando apoyo su cabeza en el mostrador y sin querer quedo dormido ante la indiferencia de aquellos que ya lo conocían.
Al despertarse se encontró solo en el boliche,-¿estarán afuera se pregunto?- y salió a la calle, pero solo se encontró con una negra y oscura noche, todo estaba desierto, cuando se disponía a entrar, escucho que de la oscuridad una voz muy agradable le preguntaba,-¿ Martin me dejas pasar?- pase señor,- contesto Martin casi inconscientemente, luego lo que vio le helo la sangre, un hombre muy alto salía de la oscuridad, como aquel que se saca una capa, vestía completamente de blanco, tenia el cabello dorado, su rostro era perfecto, sostenía en su mano un bastón que parecía de oro, solo lo llamativo eran sus negros y opacos ojos que parecían sin vida.
El extraño esbozo una gran sonrisa y pregunto,-¿como estas querido amigo?-, -perdone- dijo Martin y agrego -yo no lo conozco-, -eso no importa dijo el extraño-, - hemos pasado muchas noches compartiendo tragos, pero yo no vine a recordar nada, vine a hacerte una propuesta que te va a gustar,-entonces Martín pregunto-¿Quién es usted y que quiere conmigo?-, el hombre volvió a sonreír y dijo, -yo soy Esteban Morales y soy dueño de muchos campos en la zona, lo que quiero es que me cuides un campo y todo lo que siembres en el será tuyo, también tenés una casa donde podes vivir con tu familia-, Martin no lo podía creer si aceptaba sus problemas se terminaban, por eso con duda pregunto, -¿Qué tendré que hacer a cambio?- el extraño contesto,- me tendrás que prometer una cosa, tendrás que cambiar tu vida y tratar de ser feliz cueste lo que cueste-.
Martin no entendía nada, pero sabia que teniendo una casa y campo para trabajar, quizás podía cumplir su sueño de formar una familia.
Luego de un corto silencio el extraño personaje pregunto-¿y Martin hacemos negocio, o no? -Martin ya casi convencido que tenia que aceptar, volvió a preguntar, -¿y que gana usted con esto, porque hace esto por mi? si usted no me conoce, - para un hombre como Martin acostumbrado a sufrir, a ser explotado y burlado, era extraño que alguien se preocupara por el.-El extraño le contesto, vos me conoces, lo que pasa es que te olvidaste, hace mucho que no venís al boliche, -lo que pasa es que hace un tiempo que no tomo, me junte, y a mi mujer no le gusta verme borracho- dijo Martin, el extraño replico con ironía, -pero Martin, ¿Qué clase de hombre sos?-,¿ no podes compartir un trago con amigos? hay muchas cosas que tenés que aprender, a las mujeres nunca las podes conformar, siempre piden más y más, decime ¿que tiene de malo tomarse un vinito, o me vas a decir que no vas a festejar?, vas tener un campo para vos solo, una casa y lo mas importante, tu libertad-, Martin sentía que se le incendiaba el estomago, la abstinencia de estos últimos meses lo volvía loco, estaba muriendo por un trago, por eso sin mas vueltas le dijo que si a la propuesta del extraño personaje.
El hombre de mirada muerta, se acerco al cosechero y le puso una mano en el hombro mientras sonreía, cuando Martín sintió el frio contacto, sus ojos se pusieron negros y en un segundo vio pasar por su cabeza toda su dolorosa vida, cada oscuro pensamiento se hacia carne en el, cuando de golpe vuelve en si, se encuentra sentado en la mesa con su nuevo jefe que le dice, -brindemos, no te vas a arrepentir-, Martin sin quererlo se vio de golpe con un baso lleno de vino, que ya era imposible evitar, de un trago se lo termino y sintió como las fuerzas volvían a el. El extraño dijo,- mira, a cinco kilómetros por la calle principal, te vas a encontrar con un rancho grande con galpón, en ese lugar vas a vivir, también tenés cincuenta hectáreas para trabajar. -Martin ya sensible por el alcohol rompió en llanto diciendo, -gracias, gracias señor,-el extraño sonriendo le contesto,- no te preocupes Martin, tómalo como un regalo, un regalo de tu ángel de la guarda, mañana cambiate con tu familia y empesa tu nueva vida-.
El crudo y despiadado sol chaqueño, empezaba a secar la baba que corría por el seco rostro de Martin, sus parpados se levantaban pesadamente, lo primero que vio fue el techo del alero del boliche, hace mucho que no vivía esa escena, se miro, estaba todo sucio y se había orinado encima, desde muy adentro de su corazón, la angustia y la frustración lo invadían, no aguanto más y de rodillas empezó a llorar desesperadamente, entre llanto y bronca, se preguntaba, -¿Por qué volví a caer, porque no puedo dejar de chupar, será posible que dios me odie tanto?-, pero en ese momento recordó y dijo -¡mi ángel, ¿ no será solo un sueño de borracho lo de anoche?-, pero buscando un poco de esperanza en su ya cansado corazón, se dijo - tiene que ser verdad, tiene que ser verdad-, y salió corriendo a su casa, el savia que era su ultima oportunidad, ya en el pequeño rancho se encontró con María que estaba por salir cargando un bolso, y con su hijo en los brazos, cuando lo vio, moviendo la cabeza dijo,- vos no cambias más, volviste a chupar, -casi llorando el desesperado hombre le contesto –tenés razón mi amor, pero tengo una buena noticia, que va a solucionar todos nuestros problemas, anoche en el boliche, un hombre muy rico, me dio un campo, que esta acá cerca, pero lo mas importante mi amor, es que vamos a tener una casa para nosotros solos-, la joven mujer, ya con pocas ganas, y sin ni un poco de piedad le dijo, -Martin, solo Dios sabe que te quiero creer, pero ahora explícame, ¿Quién te puede dar semejante responsabilidad, sabiendo que sos un borracho?- Martin ya acostumbrado al maltrato, no tomo en cuenta las palabras de María, solo le dijo -agarra tus cosas y vamos-.
El calor de la mañana, castigaba la piel seca y polvorienta de la tierra chaqueña, la pareja caminaba presurosa, hasta que Martin se frena de golpe y queda mirando un rancho que estaba a pocos metros del camino,- debe ser alla, dice Martin, - estas seguro, no quiero meterme en problemas- dijo María, -¿porque no preguntas?, mira allá hay un hombre carpiendo- Martin se acerco al carpidor y le dijo, -Buenos días Don, ¿usted me podría decir si este rancho pertenece a don Esteban Morales, el hombre con cara de desconfianza?- le dijo, -si , pero le recomiendo que no se acerque-, -no se preocupe don, yo hable con el y me encargo el campo-, al pobre hombre le corrió un escalofrió por la espalda, pero no tubo tiempo de contestarle porque Martin salió corriendo, entonces quedo pensando mientras se recostaba en su asada, - a este pobre muchacho lo volvió loco el alcohol, esta delirando- se dijo a si mismo y siguió carpiendo el seco campo. Martín ansioso abrió el portón y corrió hacia la casa, casi arrastrando a María, el pobre muchacho emocionado decía, -viste mi amor es verdad, nuestras vida va a cambiar, pero la muchacha más que alegría, no entendía lo que sentía, hasta que abrasando a su pareja le dijo,- mi amor este rancho me da miedo-, -No empieces dijo Martín, -esta es nuestra oportunidad, y no podemos dejarla escapar, por favor ayudame, este es el milagro que esperamos tanto tiempo- a pesar de tan solo ver el rancho le helaba la sangre, la joven accedió al desesperado pedido.
La parejita y el chico entraron, dentro estaba todo sucio y desordenado, el rancho era grande, el techo de paja y sus paredes de adobe, el comedor terminaba en un fogón que serbia para cocinar, también tenia una pieza que estaba con la puerta cerrada, cuando la abrieron el olor era penetrante, e insoportable, en su interior estaba todo revuelto, las paredes pintadas de blanco, estaban manchadas, así como las sabanas, era un liquido pegajoso, oscuro y casi seco, Martin dijo,- mi amor limpiemos todo-, -esto parece sangre- dijo María, Martin con una sonrisa le contesto, -pero mi amor, seguro que algún animal murió ahí dentro, no te hagas mas problemas y termina de limpiar, que esta noche quiero dormir en mi nueva casa-, a María no le desagradaba tener una casa para ellos solos, ya que estaba cansada de compartir rancho con otras parejas de cosecheros, pero tenia un mal presentimiento.
Martín salió al patio, miro y se sintió feliz, era un campo hermoso, fue al galpón y encontró todas las herramientas necesarias para trabajar, y así pasaros el día limpiando y arreglando el nuevo hogar.
Ya de noche, Martin se preparo para salir, María encaro a su pareja y le dijo,- por favor mi amor no me dejes sola en esta casa, me da miedo, que necesidad tenés de salir, ¿o te vas a chupar otra vez?, ya te dije que no te voy a perdonar otra caída, yo no quiero vivir con un borracho-, el joven sentía mucha vergüenza cuando esa palabra salía de la boca de María, por eso aguanto la bronca y salió rápido rumbo al boliche, pensaba encontrar allí al hombre que confió en el, aquel que le dio otra oportunidad para salir de la miseria en que vivía, aquel hombre que le había dicho que era su ángel de la guarda. El bolichero al verlo llegar le pregunto, -Martin, ¿como andas, vas a tomar algo?-, era imposible negarse a esa invitación, -dame una botella- dijo el cosechero, y pregunto, -¿no lo viste a don Esteban?, el hombre alto que estuvo tomando con migo anoche,- el bolichero lo miro con cara de no saber de que le estaba hablando, entonces Martín tomo su botella y se sentó esperando que apareciera su protector, paso una botella y luego otra hasta que sin poderse controlar quedo dormido.
Luego de un rato despertó, y se encontró rodeado de botellas y la culpa lo empezaba a sumir en una profunda depresión, pero después se dio cuenta que nuevamente estaba solo, un raro frio empezó a correrle por la espalda y por el miedo cerró los ojos, cuando al momento los abrió, el susto hizo que su lastimado corazón casi saliera de su pecho, el extraño personaje estaba frente a el, sonriendo plenamente y mirándolo con sus ojos muertos,- ¿Martín, me buscabas?- pregunto el extraño, el cosechero todavía un poco asustado le dijo, -señor yo le quería agradecer todo lo que esta haciendo por mi-, - no tenés nada que agradecer, pero una de las condiciones era que trataras de ser feliz, y vos por lo que veo no lo sos, ¿que te pasa Martin?-, el atormentado hombre llorando le dijo, -volví a tomar, no lo pudo evitar, ahora mi mujer me va a abandonar-, el extraño ya fastidiado dijo en voz alta—¡no pude ser que seas tan cobarde!, te lo vuelvo a repetir, una de las condiciones era que cambies de vida y empezaras a ser feliz, pero si no cumplís lamentablemente vas a volver a ser el borracho muerto de hambre que fuiste siempre, te voy a dar un consejo, hay gente que no te quiere, que no quiere que progreses, esa gente que goza viéndote en la miseria, y muchas veces esa gente esta muy cerca de ti, a esas personas hay que eliminarlas, hay que pisarles la cabeza como a una víbora, Martin tenés que tener el coraje de sacar esas piedras de tu camino, si te decidís contá conmigo, yo te voy a ayudar, estoy muy cerca de ti, si me necesitas, salí de tu casa mira al sur, la primera curva del camino, hay esta mi casa, recordarlo, soy tu ángel de la guarda-.
De golpe Martin sintió un sacudón y abrió los ojos, era el bolichero, que lo zamarreaba diciéndole,-¡dale borracho de mierda!, mandate a mudar que quiero cerrar-, era mucho dolor el que causaba esas palabras en el atormentado joven. Para todos en el pueblo el era el borracho. Martin todavía mareado se levanto, y con mucha bronca y amenazo,-te vas a arrepentir, yo tengo un campo y voy a tener mucha plata y todos me van a respetar, ¡me van a respetar!- gritaba y se internaba en la negra noche, mientras corría hacia su rancho iba diciendo, -nadie va a impedir que progrese y el que se interponga lo voy a pasar a degüello-, realmente la parte mas oscura de Martin estaba a flor de piel, cuando llego abrió la puerta del dormitorio y vio a su mujer que dormía junto al pequeño y pensó, -¡maldita!, así que no querés vivir con un borracho, me tenés asco ¿no es cierto?, ya vas a ver maldita prostituta- dijo y encamino hacia el galpón, de una patada abrió la puerta y tomo un enorme machete curvo cañero, pero cuando volvía rumbo a la pieza, empezó a perder las fuerzas, los ojos se le nublaron y cayo inconsciente.
El viento norte de la mañana, rápidamente iba elevando la temperatura en los amarillentos montes del norte, el cuerpo estaba tirado en el patio trasero del rancho, lentamente empezó a moverse, Martin, sentía que la cabeza se le partía, ya erguido se refriega los ojos, y divisa que algo esta escrito en la blanca pared del fondo, se acerca y sin querer trompiza con algo que esta clavado en el piso de tierra, el joven ve que aquello que atropello era el machete que había sacado del galpón de herramientas, lo tomo y sintió que su mango estaba pegajoso, entonces vuelve a limpiarse los ojos y mira, cuando vio lo que era, su corazón empezó a acelerarse, el machete estaba bañado en sangre, su cuerpo empezó a temblar, levanto la vista y leyó lo que estaba escrito en la pared,-“Querido amigo te dije que te iba a ayudar”-, las letras escritas con sangre empezaban a mosquear, el corazón le quería salir por el pecho, Martin no entendía nada, tenia miedo de entrar, presentía que sus más oscuros sueños se habían cumplido, pero no aguanto más y corrió hacia la habitación donde estaba su mujer, sus piernas le temblaban, empujo la puerta, el sol entraba por la ventana iluminando un paisaje digno de una pesadilla, fue tanto el miedo, que sintió el orín corres por sus piernas temblorosas, su estomago no aguanto y el vomito salto de su boca, la pieza estaba toda salpicada de sangre los pedazos de su mujer y el pequeño chico estaban esparcidos por todos lados, cayo de rodillas llorando y diciendo -¡¿Quien pudo hacer esto? ¿Por qué Dios mío? ¿Por qué?!-. Martin volvió a salir al patio, el sol le hizo agachar la cabeza y allí vio algo que lo sumió en un profundo dolor, se dio cuenta que su ropa estaba llena de sangre, y por un momento no supo que hacer, no podía entender lo que pasaba, el no recordaba nada, pero sabia que cuando tomaba no era la misma persona, sabia que el alcohol lo cambiaba y que luego no se acordaba de nada, y una bronca que le salía del estomago, le explotó en la garganta en forma de un grito, que ahuyento los caranchos que cerca del rancho volaban,-¡Noooooo!-, dijo el desesperado joven, y mientras agachaba su cara repetía -yo no fui, yo no fui, pero quien me va a creer, ¿quien le va a creer a un borracho?-, y en medio de tanto dolor se acordó de su extraño amigo, se levanto y miro al sur, y dijo el me va a ayudar, y empezaba a caminar rumbo al lugar donde el extraño le había indicado, cuando ve que frente a su casa habían dos policías conversando con su vecino el cual indicaba a los uniformados hacia donde estaba el, la desesperación lo segó y salió corriendo, y mientras corría hacia la curva donde vivía su amigo, veía que los policías lo seguían, enloquecido corrió y corrió, atropellando todo a su camino, los policías lo seguían de cerca gritándole,- ¡Entregate Martín, entregate!-, Martin divisó la casa en la curva y pensó -Don Esteban me va ayudar, el dijo que lo busque-, el joven salto el alambrado y se metió en la casa gritando -don Esteban, don Esteban-, pero nadie le contestaba, entonces se dio cuenta, la casa era una tapera. Corriendo salió al patio y vio que todo estaba abandonado, y dijo -no puede ser no pude ser el me dijo que vivía aquí-, Martín se sentía desesperado, solo y con mucho miedo, fue cuando en el medio del patio vio casi tapado por los pastos, una tumba con una gran cruz, que en el medio tenia una foto, cuando se acerco lo que vio lo fulmino, era la tumba de su extraño amigo don Esteban Morales, entonces se echo en el piso llorando sin consuelo y diciendo -¡el me dijo que lo buscara, yo lo vi, yo hable con el, no puede ser que este muerto, el me dijo que lo buscara!-, al rato llego la policía y se lo llevo.
Martín fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de su esposa y su pequeño hijo, pero al poco tiempo fue trasladado a un siquiátrico por haber perdido completamente la razón.
En el pueblo se comento poco el crimen de Martín, lo que aún se comenta, es que en la zona, de tanto en tanto, este extraño personaje vestido de blanco, con un bastón de oro, se les aparece en las noches a los viajeros, ofreciendo su campo para el trabajo. Dicen que don Esteban, busca repetir su terrorífica historia.
Esteban Morales era un alcohólico que se suicidó, luego de haber asesinado a machetazos, a su esposa y a sus tres hijos. Fin.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)